Autor: Marcus Pfister
Género: Cuento - Literatura Infantil
Año de publicación: 1992
Editorial: NordSüd Verlag
ISBN: 9781558580091
El pez arcoíris cuenta la historia de un pez de escamas deslumbrantes, que se siente orgulloso de ser el más hermoso del océano. Sus escamas son de colores vivos y tienen un brillo especial que atrae la atención de todos los otros peces. Sin embargo, Arcoíris es también un pez solitario, pues su arrogancia y negativa a compartir sus escamas han hecho que los demás lo miren con envidia y lo eviten.
Un día, un pequeño pez le pide una de sus escamas brillantes, pero Arcoíris lo rechaza con desdén. Al ver la tristeza del pez y sentirse cada vez más aislado, Arcoíris busca el consejo del pulpo sabio, que le sugiere que pruebe la generosidad como un camino hacia la felicidad. A regañadientes, Arcoíris decide darle una escama al pequeño pez, quien se llena de alegría y agradecimiento. Poco a poco, Arcoíris comienza a compartir sus escamas con otros peces y, en el proceso, descubre que su propia felicidad crece a medida que hace nuevos amigos y disfruta de una compañía sincera.
Al final, aunque ya no tiene todas sus escamas brillantes, Arcoíris se siente pleno y feliz, rodeado de amigos que lo valoran por su generosidad y amabilidad. La historia transmite un mensaje sobre el valor de compartir, la importancia de la humildad y cómo la verdadera belleza proviene del corazón y de la generosidad hacia los demás.
Había una vez en lo más profundo del océano un pez extraordinario, conocido por todos como el Pez Arcoíris. Sus escamas brillaban con los colores más vivos: azules, verdes, moradas, y algunas, incluso, parecían hechas de luz, reflejando como espejos las tonalidades del mar. El Pez Arcoíris nadaba con orgullo, consciente de su belleza, y los demás peces, maravillados, le observaban a su paso. Cada vez que cruzaba entre las algas y los arrecifes, todos comentaban sobre su impresionante apariencia, deseando en secreto tener una escama tan brillante como las suyas.
Un día, un pequeño pez azul se le acercó, admirando sus escamas relucientes, y le pidió una de ellas para él. Sin embargo, el Pez Arcoíris se negó rotundamente; después de todo, pensaba que sus escamas eran su tesoro más preciado y no estaba dispuesto a compartirlas. El pez azul, decepcionado, se alejó nadando tristemente. Al pasar el tiempo, el Pez Arcoíris comenzó a notar que los demás peces lo evitaban. Nadie nadaba a su lado ni le dirigía una sonrisa. Solo él se quedaba allí, con su belleza intacta pero sin nadie con quien compartirla. Pronto, la soledad le envolvió y, por primera vez, comenzó a preguntarse si su aspecto realmente valía más que la compañía de otros.
Confundido, acudió a la sabia estrella de mar, quien le escuchó con paciencia y le aconsejó visitar al pulpo, un ser anciano y sabio que vivía en una cueva. El pulpo, después de oír su historia, le dijo que si quería encontrar la felicidad, debía aprender a compartir su belleza. Al principio, el Pez Arcoíris no entendía cómo el hecho de dar algo tan valioso podía traerle más alegría. Sin embargo, decidió seguir el consejo del pulpo y, la próxima vez que el pez azul se le acercó, le regaló una de sus escamas resplandecientes. El pez azul se emocionó al recibir el regalo, y de inmediato los demás peces del arrecife comenzaron a acercarse, pidiéndole, también, una escama. Con cada escama que entregaba, el Pez Arcoíris sentía que algo especial crecía en su interior: una sensación de alegría y calidez que nunca había experimentado.
Pronto, sus escamas ya no relucían en abundancia como antes, pero, a cambio, se sentía rodeado de amigos que lo apreciaban por su generosidad y no solo por su apariencia. Ahora, el Pez Arcoíris nadaba junto a todos, compartiendo su alegría y disfrutando de cada día en compañía. Había aprendido que el verdadero tesoro no estaba en las cosas que poseía, sino en los lazos que podía crear compartiéndolas.
Y así, el Pez Arcoíris vivió sus días, ya no solo como el pez más bello del océano, sino como el más querido. Sus escamas ahora adornaban a otros, reflejando, en cada destello, la lección de bondad y amistad que él había aprendido.
Pez Arcoíris: Es el protagonista de la historia. Su belleza y escamas brillantes lo convierten en el pez más admirado del océano, pero su actitud orgullosa y su resistencia a compartir lo aíslan. A través de su proceso de aprendizaje, el Pez Arcoíris descubre el valor de la generosidad y la amistad, transformándose en un personaje querido por todos.
Pez azul: Es el primero en pedirle al Pez Arcoíris una de sus escamas y representa la inocencia y la necesidad de aceptación. Su tristeza tras ser rechazado por el Pez Arcoíris es el punto de partida para que el protagonista reflexione sobre su comportamiento. Es también el primer pez en recibir una escama, iniciando el cambio en la actitud de los otros peces hacia el Pez Arcoíris.
Estrella de mar: Este personaje es sabio y aconseja al Pez Arcoíris en su momento de confusión. La estrella de mar actúa como guía, sugiriéndole que busque el consejo del pulpo. Representa la voz de la razón y la comprensión en la historia.
Pulpo sabio: Otro personaje clave en el desarrollo de la historia. El pulpo le da al Pez Arcoíris el consejo de compartir sus escamas, lo que ayuda al protagonista a comprender el valor de la generosidad y el sacrificio. Representa la sabiduría y actúa como el detonante para el cambio de actitud del Pez Arcoíris.
Otros peces del océano: Los demás peces juegan un rol colectivo al representar la comunidad que, al principio, se aleja del Pez Arcoíris por su vanidad. Son quienes finalmente aceptan al Pez Arcoíris después de que comparte sus escamas, simbolizando cómo el altruismo genera conexiones y unidad en la comunidad.
El ambiente físico de El pez arcoíris se desarrolla en un colorido y vibrante océano, lleno de vida marina. Es un entorno submarino idílico, donde conviven peces de diversas formas y tamaños, rodeados de corales y plantas acuáticas que contribuyen a una atmósfera visualmente atractiva y casi mágica. Este entorno enfatiza la belleza del propio Pez Arcoíris, cuya escama brillante resalta en un mar de colores, reforzando su singularidad y orgullo.
En cuanto al momento histórico, no se menciona una época específica, ya que la historia se centra en un mensaje universal y atemporal sobre la importancia de la generosidad y la amistad. La falta de un tiempo definido permite que el cuento sea relevante para lectores de cualquier época y edad, pues su moraleja y enseñanza pueden aplicarse en cualquier contexto cultural o temporal.
El pez arcoíris es una historia que transmite una poderosa enseñanza sobre la generosidad, la humildad y el valor de la amistad. A través de la transformación del Pez Arcoíris, que pasa de ser un personaje orgulloso y solitario a uno generoso y aceptado por sus compañeros, el libro destaca la importancia de compartir lo que tenemos, no solo para beneficiar a otros, sino también para encontrar felicidad y satisfacción personal.
El cuento muestra cómo la belleza y los bienes materiales, aunque deseables, no son la clave para una vida plena. La verdadera riqueza radica en la conexión con los demás, y al compartir sus preciadas escamas, el Pez Arcoíris descubre la alegría de ser parte de una comunidad y sentirse aceptado. Este cambio interior simboliza cómo la generosidad y el desprendimiento de lo superficial pueden enriquecer nuestras relaciones y nuestro propio sentido de pertenencia.